El 11 de abril del año pasado entraron en vigor las modificaciones a la Ley de Telecomunicaciones, que obligan a las empresas de telefonía celular a elaborar un padrón nacional de teléfonos celulares, con información personalizada del usuario: nombre, domicilio y huella dactilar; sin embargo, ante la falta de claridad en cómo operará el mecanismo, existen dudas sobre en quién recaerá la responsabilidad del registro.
Sin embargo, los riesgos que conlleva un registro nacional de celulares van a ser que, al entrar a una base de datos, vamos a estar expuestos a que algún hacker ingrese a esa información. El problema va a ser que nos den la garantía y la certeza de que quienes van a manejar este registro actúen con responsabilidad, eficacia y honestidad.
El registro nacional de teléfonos celulares es un tema que aún debe ponerse a debate, sobre todo en el caso de quienes se encargarán de su funcionamiento, aun más cuando la población no sabe exactamente cómo va a funcionar.
Es un dilema para muchos porque no lo entendemos. Ni idea se tiene de esto que ya está aprobado, no hay información sólo anuncios que no garantizan nada.
Elena Azaola, investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), en contraste, opina que el registro es una buena medida por su objetivo de coartar e impedir las extorsiones telefónicas. Dice que esta es una medida que se ha tomado tardíamente en México, pues en otros países ya se lleva a cabo.
Sin embargo, habrá que tener cuidado necesario para que no caiga (la base de datos) en manos que puedan hacer mal uso de esa información y habría que haber un compromiso de las compañías telefónicas de no vender esos datos.
Ahora esta en nuestras manos hacer la prueba de no registrar nuestros números y haber que pasa; o registrarlo y correr el riesgo.
domingo, 21 de marzo de 2010
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